Un día, cuando la mujer de Zeng Shen salía para el mercado, su hijo lloró y clamó que lo llevara con ella.
– ¡Vuélvete a casa! -y para apaciguarlo, agregó- Cuando yo regrese mataré al cerdo para ti.
Al regresar vio a Zeng Shen que estaba a punto de matar al cerdo. Rápidamente lo detuvo.
– Fue un decir -protestó la mujer-, sólo para calmar al niño.
– ¿Cómo puedes engañar al chico de esa manera? -le recriminó Zeng Shen-. Los niños no saben nada, pero imitan a sus padres y aprenden de ellos. Cuando tú defraudas al niño, le enseñas a mentir. Si una madre engaña a su hijo, éste no confiará en ella; no es la forma de educarlo.
Zeng Shen mató al cerdo.
Han Fei Zi