Leí de un hombre que tenía mil dólares. Los escondió en una caja de seguridad, pensando que de esa manera estarían seguros y que tendría un poco de seguridad cuando envejeciera. Después de mantener el recibo del depósito por veinte años, lo llevó al banco y solamente recibió mil dólares. No había perdido nada, pero tampoco ganó nada. Si lo hubiera puesto en una cuenta que ganaba intereses, quizás habría obtenido esa cantidad triplicada.
Ese hombre cometió el error que muchos cristianos están cometiendo ahora: no ponen sus talentos en buen uso. A medida que he viajado, he observado a muchos cristianos, he descubierto que los que más defectos encuentran en los demás son los que no hacen nada. Si una persona está ocupada, mejorando los talentos que Dios le ha dado, tendrá demasiado que hacer como para criticar y quejarse de otros. Concéntrese en utilizar sus propios talentos al máximo, y olvídese de lo que otros están haciendo con los suyos.
Por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. (Mateo 25:25)