«La sociedad consigue perdonar al criminal, y jamás perdona al soñador» dice Oscar Wilde.
Mas la ley Universal nos obliga a soñar. Es importante estar siempre pensando en esto.
No deberíamos nunca preguntar a otro: «¿Qué hace usted en la vida?». La pregunta de una persona sensible es: «¿Usted está siendo fiel a sus sueños?».
Al decir esto, colocamos en el aire la responsabilidad de una respuesta. Obligamos a otro a reflexionar sobre la importancia de sus movimientos. Forzamos una pausa en la confusión cotidiana, y encaramos de frente a la existencia.
Al preguntar, también debemos responder.
Somos una manifestación del pensamiento de Dios. Él espera que nuestra vida sea digna de eso.