Uno puede ofrecerle sus ideas a otro como balas o como semillas. Puede dispararlas, o sembrarlas; pegarle en la cabeza a la gente con ellas, o plantarlas en sus corazones.
Las ideas usadas como balas matarán la inspiración y neutralizarán la motivación. Usadas como semillas, echarán raíces, crecerán y se volverán realidad en las vidas en las que fueron plantadas.
El único riesgo en usarlas como semillas: una vez que crece y se convierte en parte de aquellos en quienes fueron plantadas, es probable que nunca te reconozcan el mérito de haberlas ideado. Pero si uno esta dispuesto a prescindir del crédito… recogerá una rica cosecha.