Todos experimentamos momentos espirituales en la vida: cuando presenciamos la majestuosidad de un amanecer, oímos el canto de un ave, tomamos la mano arrugada de nuestra madre, o sentimos el dulce olor de un bebé.
Durante estos momentos, nuestro cuerpo y nuestra mente resuenan, mientras experimentamos la dicha de sabernos seres humanos.
No pierdas ni uno sólo de esos momentos. Recuerda: toda la vida es sagrada.
Marion Woodman