Hermanos, la Iglesia quiere comunicarnos una Buena Noticia: la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos.
1.- Proclamación del misterio de la Asunción de María
El día 1 de Noviembre de 1950,Pío XII definió solemnemente el dogma de la Asunción de María a los cielos con estas palabras: “Proclamamos,declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios,siempre Virgen María,cumplido el curso de su vida terrestre, fue elevada a la gloria celestial en cuerpo y alma” (Constitución Apostólica “Munificentísimus Deus”).
El Concilio Vaticano II recoge y expone la fe de la Iglesia universal con estas hermosas palabras: “La Virgen Inmaculada,preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena,fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina Universal con el fin de que se asemejara de forma más plena a su Hijo,Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte” (LG 59).
Juan Pablo II manifiesta que “con la Asunción de María a los cielos se han realizado definitivamente en Ella los efectos de la única mediación de Cristo, Redentor del mundo y Señor resucitado: “todos revivirán en Cristo.Pero cada cual en su rango” (ICort.15,22-23).
2.- Significado del misterio de la Asunción de María
2.1.- Significado cristológico de la Asunción de María
El Concilio Vaticano II enseña que María “fue enaltecida por el Señor como Reina del Universo,para que se asemejara más plenamente a su Hijo,Señor de los Señores” (LG 59).
Afirmamos que el triunfo glorioso de María es participación plena y definitiva de Ella en la glorificacion celestial de Cristo.Es,por tanto, don y gracia de Dios. María ha entrado por gracia en el misterio insondable de Dios que la acoge, la beatifica, la plenifica,la glorifica para siempre. María fue amada y agraciada por el Padre en el Hijo Amado de manera muy peculiar desde toda la eternidad, también ahora,en el final de su existencia terrena, ha sido amada y agraciada por Dios.
Por todo ello, al confesar con la Iglesia este dogma, estamos alabando a Dios que hizo grandes cosas en María y estamos reconociendo a Jesucristo cuya acción salvadora se extiende a todos los seres humanos; también y de manera peculiar a su Madre santísima. Sin la Stma. Trinidad, María no sería lo que es.María es obra del amor de Dios. Sin Jesucristo, no podríamos entender a María. Sin el Espíritu Santo, no sabríamos quién es María de verdad .
2.2.- Significado eclesiológico de la Asunción de María
María permanece unida a la Iglesia que,como peregrina por estas tierras,se encamina hacia la Casa del Padre entre las tribulaciones por el Evangelio y los consuelos de Dios. El Concilio Vaticano II enseña que María continúa “obteniéndonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna y cuida de sus hijos que todavía peregrinamos por esta tierra,de modo que contribuye así a engendrar y aumentar la vida divina en cada uno de los redimidos” (LG 62).
Más aún. María es la primicia y el paradigma de la Iglesia escatológica. María es “el icono escatológico de la Iglesia” (L.Bouyer). En Ella la Iglesia es ya “sin mancha y sin arrugas”.
2.3.- Significado escatológico
El misterio de la Asunción de María proyecta una luz sobre el sentido de la vida y sobre el destino del hombre; nos permite superar dudas,perplejidades y negaciones; nos hace mirar la muerte con ojos nuevos,con ojos de esperanza. La muerte no es el final del camino para nadie. ¡Qué triste es escuchar o leer palabras como “con la muerte se termina todo; en la muerte se estrellan todas las grandezas humanas; en la muerte se acaban todas las esperanzas humanas!”.
El misterio de la Asunción de María nos muestra la realidad del “más allá” en un cuadro inundado de luz y de alegría. Vamos buscando la vida que no se acaba ni termina; nos encaminamos a la ciudad donde ya no hay dolor ni muerte,sino la vida en plenitud y para toda la eternidad. Es la Casa del Padre, en la que Jesús nos ha preparado unas estancias para que estemos con El para siempre.
2.4.- Un canto de esperanza para la humanidad entera
En una sociedad donde hay hambre,violencia,marginación,paro…- ,que mueven a la desesperanza, los cristianos hacemos memoria de la Virgen María en el misterio de su Asunción gloriosa al cielo con sencillez y convicción firme sabiendo que nos llama y urge a humanizar la vida,el trabajo,las relaciones,el trabajo….
Invoquemos a María como “vida,dulzura y esperanza nuestra”.
Pidamos a María que despierta en nuestros corazones la esperanza, que nos ayude a dar esperanza a quienes la han perdido y que nos enseñe a “dar razón de nuestra esperanza” a quienes nos la pidan.
En María Asunta a los cielos se fortalece nuestra esperanza de estar un día con Jesucristo y con Ella por toda la eternidad. No vamos a la deriva por este mundo. No estamos abandonados en el cosmos, ni condenados al fracaso total ni al naufragio trágico. Como María, sabemos en Cristo y por Cristo, quiénes somos, de dónde venimos,qué hacemos en este mundo y hacia dónde nos encaminamos. Dios nos amó desde siempre.
El Concilio Vaticano II enseña que “la Madre de Jesús glorificada precede en la tierra con su luz al peregrinante pueblo de Dios,como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor” (LG 68).
Dios no nos dejará tirados en la cuneta de la historia. Sobre nuestras tumbas no crecerá la hierba para siempre. Un día el Señor nos llamará de nuestros sepulcros y nos resucitará para una vida para siempre. Y así “estaremos para siempre con el Señor,que es para mí lo mejor,con mucho” (San Pablo). Esperamos de la misericordia infinita de Dios que resucitaremos para la Vida Eterna.
Ahora bien, recordemos y tengamos presentes las enseñanzas del Concilio Vaticano II: “ la esperanza escatológica no merma la importancia de las tareas temporales,sino que más bien proporciona nuevos motivos de apoyo para su ejercicio” (GS 21). Esperar el cielo y la felicidad eterna no significa dar la espalda al compromiso de trabajar por la transformación del mundo y de sus estructuras.
3.- ¿Qué camino ha conducido a María a su glorificación celestial?
Así como “Jesucristo se hizo obediente hasta la muerte y una muerte de cruz”, y por eso Dios lo exaltó (cf.Fil.2,6-11)1, también María,su Madre, recorrió el mismo camino. No podía ser de otro modo.
María se llamó a sí misma “esclava del Señor”. Por eso, se puso Ella misma y su vida entera en las manos del Padre y de su Hijo Jesús,se dejó guiar enteramente por el Espíritu Santo y se entregó al servicio del plan de salvación de Dios.
María fue una mujer que se dejó edificar por Dios día a día,incluso cuando no entendía todo o cuando el sufrimiento y el dolor hacían acto de presencia en su vida y en la de los suyos: Jesús y José.
María entendió su vida desde las claves del servicio,de la entrega,de la generosidad y desde el desprendimiento. La vida de María es una crítica a nuestro egoísmo,prepotencia,orgullo,soberbia…
María no ha pasado por la vida dando codazos, ni pidiendo privilegios. María ha sido la mujer humilde y sencilla que vivía, en un “cara a cara” con Dios, el misterio que la habitaba y la explicaba,en la aldea de Nazaret.
Vuestro hermano en la fe.
Fotografía vista en Dios y Santidad.
Deja un comentario