Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas, y al fin uno puso en fuga al otro.
Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo.
Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se quedó con todo el gallinero.
A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.
Esopo
Y para ilustrar la fábula de Esopo, un caso de la vida real, compartido por nuestra amiga Chachi.
Me recuerda a la selección de fútbol de Guatemala, celebran al estar temporalmente ganando un partido, se llenan de vanaglorian y es justo cuando los rivales terminan, como siempre, ganándoles.
Jajajajaja…es cierto!! Como este mira:
Gracias Chachi, excelente ejemplo, lo he agregado al texto.
Saludos.