Se dice que hay cuatro cosas que jamás podremos recuperar: una palabra pronunciada, un puñado de polvo tirado al viento, la vida pasada y la oportunidad perdida.
Un padre del desierto, del siglo V, enseñaba: «El que pierde oro o plata puede recuperarlo. .. Pero el que desaprovecha una ocasión, no la volverá a encontrar.»
San Juan de la Cruz, dejó escrita esta bella imagen: «El que la ocasión pierde, es como el que soltó el ave de la mano, que no volverá a recobrar.»