En la guerra civil estadounidense, entre las dos Carolinas, la del Sur y la del Norte, había una tienda. Cuando la cuidad era tomada por los sureños, el tendero ponía la bandera del Sur; cuando los Yanquis tomaban la cuidad, éste ponía la bandera yanqui… Y así, hasta que ambos bandos, se dieron cuenta, y se pusieron de acuerdo en quemar la tienda porque no se definía, no se ponía de uno ni de otro bando.
Así hay personas que no saben de qué lado ponerse, y no se dejan conquistar por Aquel que se dio por sus vidas. A veces nos hace falta una advertencia y no una sentencia final como al tendero… que no tenía definida su bandera.
Dios te ama, quiere entablar una relación con todo aquel que se postre bajo su bandera.