Sufren estrés quienes no saben atender, con calma, las exigencias de su trabajo; quienes se dejan apabullar por los conflictos de su hogar; quienes se sobrecargan de compromisos escolares, laborales y sociales.
Los efectos de esta dolencia son trastornos cardiovasculares, alteraciones de la presión arterial, mal humor y úlceras estomacales, desánimo y tendencia a sufrir accidentes.
La solución al problema del estrés no es el abuso del café, del tabaco o de las bebidas alcohólicas, sino el disminuir la prisa y vivir con serena tranquilidad.
«Quienes conservan la paz del alma en medio del tumulto de la ciudad moderna se preservan de enfermedades nerviosas y orgánicas» -Alexis Carrel.
Del libro «366 Maravillosas Motivaciones» , de Tiberio López Fernández