Hogar, dulce hogar

Me detuve un momento, en mi andar solitario bajo lo luz de las estrellas, y vi, extendida ante mí, la tierra obscurecida rodeando con sus brazos innumerables hogares en los que había cunas y camas, corazones maternales y luces nocturnas, y vidas jóvenes, felices con la felicidad que ignora su valor para el mundo.

Entre placeres y palacios podemos andar errantes, pero aunque sea muy humilde, no hay nada como el hogar.

Si el Señor no es el que edifica la casa, en vano se fatigan los que la fabrican. Si el Señor no guarda la ciudad, inútilmente se desvela el que la guarda.

Ser feliz en el hogar es la culminación de todas las ambiciones, el fin que persigue toda empresa y trabajo y al que nos acerca cada uno de nuestros deseos. Una casita bien provista, un terrenito bien cultivado, y una mujercita bien amada, son grandes riquezas.

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