Si nuestros problemas no nos deben hundir, mucho menos los de los otros. Es bueno echar una mano a los demás, no quedarse impasible ante sus asuntos, pero sin dar pie a la preocupación y angustia.
Cuando Montaigne fue elegido alcalde de la ciudad de Burdeos, les dijo a sus conciudadanos: «Quiero tomar los asuntos de Uds. en mis manos, pero no echarlos sobre mis pulmones ni aplastar con ellos mi corazón.»
Fr. Eusebio Gómez Navarro, OCD
La vida del humano no es facil, a veces tenemos problemas de que preocuparnos, y por ayudar a los demas, no nos damos cuenta de nuestros problemas. Hay que ayudar a los demas pero antes analizar los problemas y arreglarlos.