– ¿No puedes hacer algo con respecto a ese reloj, Mulá Nasrudín?
– ¿Qué?
– Bueno, nunca está bien, nunca marca la hora correcta… cualquier cosa que hicieras sería una mejora al respecto.
El Mulá Nasrudín tomó un martillo y lo golpeó con él. Y el reloj se detuvo.
– Tienes razón, ¿sabes? -dijo Nasrudín. Esto realmente constituye una mejora.
– Yo no quise decir literalmente cualquier cosa. ¿Cómo puede estar mejor ahora que antes?
– Bueno… verás… antes de que yo lo detuviera nunca estaba correcto. Ahora está correcto dos veces al día, ¿no es verdad?
Idries Shah