Agradezcan que soy creyente

En la Universidad de Padua, varios estudiantes atacaron a San Francisco de Sales para humillarlo por ser tan piadoso. Pero como en París había aprendido muy bien el arte de la esgrima, sacó su espada y los desarmó a todos. Cuando los vio derrotados, les dijo: «Y agradezcan que soy creyente, pues por eso no…Continue reading Agradezcan que soy creyente

No puede ser un criminal

José I, el emperador de Austria, vio una vez, desde su carruaje, a un joven que se acercó a un barrendero y le besó una mano con gran respeto. – ¿Quién es aquel hombre? -preguntó el emperador. – Es un ladrón que está condenado a barrer las calles de Viena, como los demás barrenderos, durante…Continue reading No puede ser un criminal

La zorra y la leona

Reprochaba una zorra a una leona el hecho de que siempre sólo pariese a un pequeñuelo. Y le contestó la leona: – Sí, uno solo, tienes razón, ¡pero un señor león! No midas el valor de las cosas por su cantidad, sino por su virtud. Esopo

¿Para qué adular?

Un hombre rico y un hombre pobre tenían la siguiente conversación. – Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías? -le preguntó el primero. – El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras cumplidos -contestó el segundo. – ¿Y si yo te diera la mitad de…Continue reading ¿Para qué adular?