Pío IX había mandado levantar planos y hacer presupuestos para las reparaciones de la Basílica de San Pedro. Cuando se presentó el arquitecto con ellos, llevó consigo a un niño.
Encantado el Papa con el trabajo, llevó al niño a su escritorio y abriendo un cajón lleno de monedas le dijo:
– Toma un puñado y dalo a tu padre por su trabajo.
– Santo Padre, respondió el niño, sacad vos mejor, pues tenéis la mano más grande.
Que niño más inteligente.
Saludos 😉
Se parece a Miguelito cuando era pequeño 😀