Cuenta Esopo que se presentó un médico en casa de un enfermo que acababa de expirar, y al ver cómo le amortajaban, exclamó:
– Este hombre seguramente no habría muerto si hubiese usado lavativas y no hubiera bebido vino.
– Qué lástima, doctor -añadió intencionadamente uno de los circunstantes- , que hayáis guardado para tan tarde este consejo, del que no puede ya aprovecharse.
Aunque el mensaje que deja es algo real, se me hace injusto con el medico, jajaja, saldría pensando de allí «eso te pasa por shute», jajaja.