Dos pequeños traían leña con su padre. Uno tendía sus débiles brazos y el padre colocaba en ellos leña, para que la llevara a casa. Su hermano lo miraba y, cuando pensó que la carga era suficiente, le dijo:
– Juan, ya es bastante; tú no puedes llevar más.
Pero Juan le contestó:
– Papá sabe lo que yo puedo llevar; no pone de más en mis brazos.
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Pepe:
Sin duda esto nos hace pensar que Dios sabe hasta donde podemos soportar, tal como el padre de estos niños.
Saludos cordiales
Así es Hugo, definitivamente.
Saludos.
creo que el padre podía sentir cada partícula de esa madera, ponerse en lugar del otro, entender que sufrir no es tan grave, y que seguro habremos aprendido y seremos mas fuertes después.
es ya un montón eso de ponerse en el lugar.