En cierta ocasión, el orgulloso rey Luis XIV, que aburría a todos con su absolutismo y su hambre de adulación, leyó al escritor Boileau unos versos que había escrito y le pidió su opinión.
– Señor -respondió con delicadeza el gran poeta-, para Vuestra Majestad no hay nada imposible: Os habéis propuesto escribir malos versos y lo habéis conseguido a la perfección.
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Jajaja, ya me imagino la cara del Rey. LOL
Un saludo pepe!
El poeta si que supo adular al rey.
Saludos Cordiales.