Cierto diplomático dijo a Lloyd George que había quedado sorprendido al conocerle, pues nunca pensó que tan gran hombre fuera tan pequeño de estatura.
Con calma e ironía, respondió Lloyd:
– Todo depende del modo como el señor mida a los hombres. No se deben medir de la mandíbula para abajo, sino de la mandíbula para arriba.