Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.
Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía, pero gané el cariño y ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez de sonreír, pero descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida, pero junto a ese «PERDER» hoy intento el valor de «GANAR». Porque siempre es posible luchar por lo que amamos y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
Que buen post Pepe, lo hace analizar a uno que siempre hay que sacar lo bueno de la vida y olvidar lo malo…
Saludos y bendiciones.