La pequeña Lalita, de seis años de edad, fue a comprar un libro de ejercicios. La vendedora le mostró uno ligeramente manchado.
– No, por favor quiero uno mejor.
– ¿Qué quieres decir con uno mejor?
– Más perfecto -contestó.
Todos los hombres deben aspirar y luchar por ser perfectos. La meta de todo ser viviente es lograr la perfección completa de su vida y de sus virtudes.
¡Mirad las flores del campo ved cuán maravillosamente crecen! ¡Contemplad la alondra en el aire: cómo se remonta más y más hacia el cielo!
Es la Gracia santificante de Dios lo que nos permite iniciar nuestro desarrollo como hijos de Dios para que podamos realizar los designios de Jesucristo: «Sé perfecto, igual que tu Padre Celestial es perfecto».
Es dificil esa perfección pero creo que los seres humanos podemos buscarla, sobre todo en el tema espiritual.
un beso