Aleja de tu vida la tristeza. Retira de tu corazón la melancolía que destruye tus ideales y corrompe tu razón de vivir.
Sea cual fuere el motivo de la tristeza, sabe lidiar la situación usando tu fuerza de voluntad y energía.
Mira a tu hermano menos afortunado, que teniendo motivos suficientes para entristecerse, todavía logra sonreírle a la vida.
Tú eres fuerte y valiente. Vamos, sonríe, pues la vida continúa y tú mereces la felicidad.
Sé consciente de las tareas que tienes que cumplir. Dedícate a ellas con amor. Trabaja y siente la presencia de Dios, que te da la fuerza que necesitas.
La tristeza no puede y no debe formar parte de tu vida.
Del libro «Momentos a Solas», de Iran Ibrahim Jacob
Bellos consejos.Creo que siempre unas bellas palabras animan el corazón.
Un abrazo