El mayor gozo que puede tener un creyente en este mundo es el de disfrutar de unos momentos de comunión ininterrumpida con el Padre Celestial. Pero en el cielo tendremos comunión perfecta con Él, donde las congregaciones no se dispersarán ni finalizarán los sábados. Así siempre estaremos con el Señor.
Amigo mío, éste es el Dios por quien debes vivir.
Él es el Dios a quien debes conocer, poderoso y bueno, amante y misericordioso. Él te ofrece lo mejor aquí, pero si rehúsas aceptar sus ofertas, Él será tu juez en la Eternidad. ¿Estás listo para hacer frente a aquel día? ¿Estás preparado para encontrarte con Dios y rendirle cuentas de tu vida?
El Dr. Wilbur Chapman fue pastor de una gran iglesia de Filadelfia. Cierto domingo, después del servicio, uno de los dirigentes de la iglesia le dijo: «Dr. Chapman, ¡cuánto desearía que usted gozase de una salud como la mía! Nunca me quejo por dolor alguno, nunca necesito de los servicios de un médico, ni jamás tomo medicinas.» Tres semanas más tarde sonó el teléfono del Dr. Chapman muy temprano por la mañana. Lo llamaban de la casa de este individuo. Cuando llegó allí el Dr. Chapman, la hija del señor ya mencionado le hizo pasar, llorando en tal forma que parecía que su corazón se despedazaba. Ella dijo: «Esta mañana mi padre me despertó y me pidió que nos encontráramos dentro de quince minutos en el comedor. Fui allí y lo esperé, pero no llegó. Subí a su cuarto y allí lo hallé. Estaba sentado en su silla favorita, con el periódico en sus manos pero con la cabeza inclinada sobre su pecho. Su alma había volado para estar con Dios.» Nunca había padecido un dolor, no había tenido una queja, ni había necesitado de un médico, Y sin embargo, en el breve transcurso de quince minutos había salido de un mundo para entrar en otro.
¿Estás listo para cuando te llegue esa hora? Hay una sola manera mediante la cual puedes prepararte: acércate a Dios por medio de Cristo Jesús, su unigénito Hijo, y todo quedará listo para siempre.
Herschel Ford