Pensar que no tenemos valor, que somos despreciados, abandonados… Pensar que nada será aprobado, que no lograremos obtener un nuevo trabajo porque no lo merecemos…
Tener miedo al rechazo… Tener miedo a la vida… Esconderse… Suicidarse socialmente…
Tenemos que arriesgarnos y enfrentar todas las situaciones. No todos nos aceptarán, como nosotros tampoco aceptaremos a todas las personas que conozcamos.
Dejemos de suponer que no nos aceptan porque somos gordos, feos, delgados, etc… etc… Dejemos de escaparnos.
No siempre vamos a ganar, pero si aprendemos a escuchar a los demás y podemos exponernos a un NO sin hacernos daño, sin deprimirnos, sin perder las fuerzas, estaremos rompiendo ese hábito que tanto nos daña: El miedo al rechazo.
Arriesgarse a todo, a ganar y a perder: Arriesgarse.
No nos quedemos mirando cómo juegan los otros… ¡participemos en ese juego!