No cambies

Fui un neurótico. Por años estaba ansioso, deprimido y era egoísta. Todos me decían que cambiara.

Sentía antipatía por ellos pero al mismo tiempo estaba de acuerdo con ellos, quería cambiar pero no podía hacerlo por más que intentaba.

Lo que más me lastimaba era que, como los otros, mi mejor amigo insistía en que cambiara. Entonces, me sentí débil y atrapado.

Pero un día él me dijo: «No cambies, te quiero tal y como eres».

Esas palabras fueron como música para mis oídos: No cambies, no cambies, no cambies… ¡Te quiero tal y como eres!

Me relajé, reviví y de pronto cambié.

Ahora sé, que no podía cambiar realmente, hasta que encontré a alguien que me quisiera, ya sea que cambiara o no.

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