La historia del Bastón de Caramelo

Hay muchas teorías sobre el origen del bastón de caramelo de rayos rojos y blancos.

El bastón de caramelo es un dulce hecho de caramelo duro con forma de un bastón. Tradicionalmente es de color blanco con barras rojas, saborizado con menta piperita o canela. También puede tener otros sabores, y sus barras pueden ser de distintos colores y grosores. Es un caramelo típico de Navidad, pero es posible encontrarlo en las tiendas durante todo el año.

Siendo un tipo de caramelo de origen antiguo, no existe documentación sobre su origen, sólo teorías.

Una de ellas cuenta que originalmente se trataba de una barra recta de caramelo de color blanco, elaborada por religiosos franceses en el siglo XV. La forma de bastón se la habría recomendado a los artesanos un maestro de coro de la Catedral de Colonia, que en el siglo XVII, la dobló así para simbolizar el báculo de un pastor, y luego repartía los caramelos entre los niños para tranquilizarlos durante las ceremonias navideñas en el pesebre viviente, o Natividad, y la costumbre de repartir bastones de caramelo en dichas ceremonias rápidamente se extendió por toda Europa.

Poco después de que los europeos comenzaran a utilizar árboles de Navidad, los decoraron con adornos especiales. Los comestibles, como por ejemplo dulces y galletas, eran los más utilizados y los bastones de caramelo blanco se encontraban entre los dulces elegidos como ornamentos por su funcionalidad.

También, según otra teoría, las barras de colores aparecieron a comienzos del siglo XX, según aparece documentado en las tarjetas navideñas; anteriormente los caramelos eran sólo blancos.

Otra creencia es que la forma del caramelo como ‘J’ se le dio para representar disimuladamente el nombre ‘Jesús’, en tiempos de persecución de los cristianos.

En los últimos tiempos, al bastón de caramelo se le ha dado una gran significación: el color blanco representa la pureza de Cristo; el rojo, su Sangre derramada; y las tres líneas rojas representan a la Santísima Trinidad. Aunque no existen pruebas fehacientes, se han vuelto cada vez más comunes y, en ocasiones, se las presenta como la historia verdadera.

¡Que tengas una dulce Navidad!

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