El búho y las aves

Un búho, en su sabiduría, aconsejó a las aves que cuando ciertas bellotas comenzaran a salir, las alejaran de la tierra y así no pudieran crecer. Ella dijo que las bellotas producirían un fruto, del cual un veneno irremediable sería extraído y por el cual ellas serían capturadas.

El Búho después les aconsejó que desenterraran las semillas del lino, que los hombres habían sembrado, pues era una planta que no les presagiaba nada bueno. Y, finalmente, el búho, viendo acercarse a un arquero, predijo que este hombre, estando parado en un mismo sitio, lanzaría dardos armados con plumas que volarían más rápido que las alas de ellas mismas.

Las aves no dieron crédito a estas palabras de advertencia, y más bien pensaron que el búho estaba fuera de sí y dijeron que estaba loco. Pero después, ante los hechos, descubrieron que sus palabras eran ciertas, y ellas se admiraron de su conocimiento y la juzgaron de ser la más sabia de las aves.

De ahí es que parece que ellas lo contemplan como el que sabe todas las cosas, y aunque él ya no les da nuevos consejos, en la soledad lamenta que no siguieran sus anteriores advertencias.

Nunca se deben de rechazar, sin haberlas analizado serenamente, las recomendaciones de los más sabios.

Esopo

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