La conversión

Conocí a Regina Sylvia en la época hippie, cuando nuestras mentes vivían pobladas de dioses astronautas, purple haze y discos voladores. Regina caminó por muchas rutas esotéricas y místicas. Hoy está en Pirenópolis (Goiás), dirigiendo una comunidad Cristiana, volcada a la devoción de María.

«La conversión no es un momento apenas, es un trabajo para toda la vida», dice ella. «Porque es preciso estar siempre comprendiendo lo que el corazón quiere manifestar. Si dejamos de escuchar nuestro corazón, la conversión también se detiene.»

«La palabra conversión viene de metanóia, que en griego quiere decir: cambio de mentalidad. Dios nos da la conversión por la gracia, y nosotros le retribuimos con la acción. No es un camino fácil, el trabajo es semejante al de transformar un desierto en un bosque; pero, si la gente lo permite, el Espíritu Santo se encarga de esto.»

Deja un comentario