¿Qué quieres ser, cuando seas grande?

Texto original de Luciano Pires

Al ser anunciado el nuevo Papa, quedé imaginando lo que pasó por la cabeza de las personas que conocieron a Jorge Mario Bergoglio cuando era niño, en Buenos Aires. Gente que convivió con él, bien cerca y que ahora conocen de su nombramiento para uno de los cargos de mayor visibilidad en el planeta.

Me recordé entonces, de un texto que escribí hace algún tiempo y que es pertinente en este momento. El texto comenzaba con una pregunta que siempre escuché cuando era niño:

– ¿Que quieres ser, cuando seas grande?

¿Cuantas veces escuchaste esa misma pregunta? La gente se concentra en la respuesta y olvida examinar la pregunta. ¿El qué es lo que las personas están queriendo que digas al final?.

Sus sueños. Eso mismo. Ellos no están interesados en la respuesta exacto, están interesados en saber el tamaño de tus sueños. Cuando respondías que querías ser arquitecto, médico, dentista o abogado, las personas respondían con un «muy bien», ¿verdad?. Al final de cuentas, eso era todo lo que esperaban escuchar, era un sueño posible de ser alcanzado por tu propio esfuerzo.

Pero cuando decías que querías ser astronauta, jugador de fútbol, Papa o estrella de rock, la reacción era diferente. De espanto: «púchis». Y no era raro enseguida, una risita y un «que bien», medio falso, hasta bromista.

Aquellos eran sueños difíciles, si no imposibles de alcanzar. No estamos acostumbrados a creer que las personas que nos rodean sean capaces de grandes cosas, esperamos que sean «normales», que tengan sueños comunes y vivan sus vidas parecidas con las nuestras.

en 1963, cuando era un niño en Bauru, soñé con ser astronauta cuando creciera. Los adultos que me escuchaban reían de la idea.

– ¡Fregado, deja de ser burro! ¿Dónde se ha visto un astronauta nacido en Bauru?

Muy bien. Cerca de cuarenta años después en 2006, el Mayor Marcos Cesar Pontes, se convirtió en el primer astronauta brasileño, al despegar en la nave rusa Soyuz, rumbo a la Estación Espacial Internacional. ¿Y dónde crees que él nació?

En Bauru.

El primer astronauta brasileño es bauruense… nació en mi ciudad, cuatro años después que yo.

Cuando aparece en el periódico que fulanito, aquel patojo, que conoces, lleno de defectos, hace algo fuera de lo común, descubre la cura de una enfermedad, laza un libro exitoso, inventó un producto revolucionario, fue nombrado para un cargo alto en una empresa, fue escogido Papa,  te asustas. Los pobres de espíritu, por envidia. Los demás por sorpresa.

– ¿Un astronauta? ¿Bauruense? ¿Cómo es que puede?

Talvez él creyó en sus sueños. Talvez había hablado en serio cuando, aún joven, decidió que sería mas de aquello que los otros esperaban de él. Igual a Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires…

Cuando preguntes a un niño ¿qué es lo que quieres ser, cuando seas grande?, piensa en esta frase atribuida a William Shakespeare:

«Nunca digas a un niño que los sueños son tonterías. Nada es tan humillante e sería una tragedia se él creyera en eso».

Pues y si yo no hubiese creído en aquellos adultos, el primer astronauta podría haber sido yo.

***

Traducción libre del texto original, publicado por Luciano Pires. Los invito a leer los libros de Luciano, seguir su blog y escuchar el podcast que produce regularmente. Ni una sola letra desperdiciada en sus textos y palabras.

Para conocer mas del trabajo de Luciano Pires, pueden visitar el Portal Café Brasil, la web personal de Luciano Pires, y escucharlo en el Podcast Café Brasil.

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