Caminando en la Oscuridad

Ayer en la noche mi hija pequeña, de 3 años, me dijo que necesitaba buscar su frazada en el cuarto que estaba oscuro. Yo le dije que estaba justo sobre su cama, y que podía ir a recogerla. En un inicio, y aunque no le teme a la oscuridad, no quería ir porque no sabía si efectivamente la frazada estaba en la cama pero yo le dije que fuera, que yo estaba en la sala y me podía llamar si algo pasaba. Me preguntó: «¿Vas a estar aquí?» y yo por supuesto le dije que sí. Eso fue suficiente para que ella fuera al cuarto, a oscuras, y confiando en que lo que buscaba estaba donde yo le dije, encontraría la frazada. Muy contenta me llegó a mostrar lo que había hecho.

Hermanas, hermanos. Cuán difícil es caminar por la vida muchas veces en incertidumbre u oscuridad, sin saber lo que hay más allá o que va a pasarnos. Puede ser que hoy o desde hace tiempo ya sientas temor de caminar hacia lo desconocido porque tienes miedo de quedarte sola o solo. Pero hoy debes confiar en el Señor y confiar como una niña o niño en que si Dios te permite ir, es porque sabe que tienes la capacidad para hacer las cosas y que si necesitaras ayuda, Él estará ahí para ayudarte, pues te ama.

Si supieras el don de Dios y su amor por ti, caminarías sin miedo aunque andes en valles de sombra y de muerte como dice el salmo. Dios te llama hoy a que tengas fe y confianza, pues no te ha abandonado y ante la prueba o la dificultad más oscura Él siempre estará ahí contigo. Escucha su voz y camina porque eres princesa, eres príncipe, Hijos del Rey del Cielo y de la Tierra.

Camina con luz o en las tinieblas y repito lo que dijo Juan Pablo II allá en 1978. «No tengas miedo». No tengas miedo y escucha la voz de Dios.

Arturo Quirós Lépiz

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