El Sí

Dos letras que expresan mil cosas: aceptar, aprobar, realizar, hacer, asumir, optar, decidir. Decir SÍ, también implica compromiso, alianza, reto, lucha.

El SÍ cambia la vida de quien lo pronuncia y de quien lo espera.

María, nuestra Madre del Cielo, pronunció un SÍ que transformó la historia de la humanidad. Un SÍ que implicaba para ella aceptar la voluntad de Dios, ser la Madre del Salvador. Un SÍ que le significó sacrificio, renuncias, dolor, y para nosotros Redención.

El SÍ como respuesta, debe ser antes muy bien meditado y reflexionado, porque muchas veces se puede llegar a decir SÍ a una propuesta errónea o a un camino equivocado. Nuestro SÍ debe ser a la Vida, al Amor, a la Paz, al Perdón, a lo que a diario nos ofrece nuestro gran amigo Dios. SÍ a soñar, a luchar, a levantarnos en las caídas, a no perder la esperanza en los momentos de oscuridad, a darnos siempre la oportunidad de volver a empezar.

El SÍ, a pesar de ser un monosílabo, a veces es muy difícil de pronunciar. Hay que poner todas nuestras fuerzas en ello, para lograr decirlo o escucharlo. El SÍ no es gratuito: se gana, se merece, se lucha por ofrecerlo o recibirlo, porque implica compromiso hacia la respuesta que hemos dado o esperado.

Tienes la libertad de decidir, a qué o quién le dices SÍ. Ten presente que serán dos letras que transformarán tu existir

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