Debemos fijarnos una meta

No hay nada más triste que una vida sin designio. Una vida sin designio no significa sólo la persona que la vive no se haya fijado jamás una meta, sino que constantemente cambia esa meta, sino que constantemente cambia esa meta.

Pues es el fin -la meta- lo que interpreta la vida; juzgamos a los demás no tanto por lo que logran sino por la tendencia, la inclinación de su vida. No nos juzgamos los unos a los otros por lo que somos, sino por lo que tratamos de ser.

Una persona que aspira a algún fin noble en la vida, es noble: La diferencia entre la vida trivial y la que está encima de lo trivial, se encuentra principalmente en la intención. La persona cuya vida desde el principio hasta el fin esta inspirada por las más nobles aspiraciones, aunque fracase con frecuencia, aunque esté desprovista del brillo de los dones naturales, vive la más noble de las vidas.

Todo lo que nunca puede llegar a ser, todo lo que los hombres ignoraron de en mí, todo eso es mi mérito ante Dios.

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