Yo nací dos veces

Mamá siempre esta allí cuando la necesitas. Ayuda, protege, escucha, aconseja, y alimenta física y moralmente. Ella se asegura de que su familia sea amada veinticuatro horas al día, siete días a la semana, cincuenta y dos semanas al año. Al menos así es como yo recuerdo a mi madre, los pocos años maravillosos que tuve la suerte de estar con ella.

Pero no hay palabras que describan el sacrificio que hizo por amor a mí, su joven hijo. Yo tenía diecinueve años cuando me llevaron a un campo de concentración con un grupo grande de otros judíos. Era evidente que estábamos destinados a morir.

De repente, mi madre ingresó en el grupo y cambió de puesto conmigo. Aún cuando esto sucedió hace más de cincuenta años, nunca olvidaré las últimas palabras que me dirigió y su mirada de despedida.«He vivido lo suficiente. Tienes que sobrevivir porque eres muy joven», dijo.

La mayoría de los niños nacen sólo una vez. Yo nací dos veces… de la misma madre.

Joseph C. Rosenbaum

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