Lección de vida sobre los negocios

Por muy fantasiosa que parezca por momentos, esta historia es real. Lamentablemente me pasó a mi y me deja el mal momento y sentimiento desagradable, pero afortunadamente me pasó a mi, porque así lo puedo compartir para que nadie mas cometa los mismos errores que cometí.

Este caso fue un ejemplo claro del efecto mariposa, donde una serie de sucesos desafortunados, llevaron a lo que inevitablemente tenía que pasar. Primero y antes que nada, debo reconocer que el noventa por ciento de la culpa, fue mía y el resto, quizá a las circunstancias.

El asunto empieza con una persona que conocí virtualmente el año pasado, a través de Twitter. En el correr del tiempo, llegó un día en que me solicitó dos cotizaciones para la empresa en que trabaja. Una la rechazaron y la otra la aceptaron. En ese momento empezó a batir las alas la mariposa.

Para entrar en contexto. La empresa en cuestión, es de origen estadounidense y la oficina para la región de Centroamérica, se encuentra en El Salvador, originalmente se encontraba en Guatemala, pero como muchas otras, emigraron sobre todo para reducir costos de operación. Acá tiene varias sucursales.

La cotización solicitada, consistía en escribir dos artículos relacionados con tecnología, con ciertas características de extensión y enfoque. Después de un trámite burocrático de mas de tres semanas se autorizó y se concluyó que por cada artículo, me pagarían us$75 (hablaré solo en dólares estadounidenses, para facilidad en el cálculo de las pérdidas).

Hace un tiempo escribí varios artículos para una empresa en España y me pagaban us$140 por cada uno. He escrito otros para otra empresa en Estados Unidos y recibí us$170 en promedio.

Por otro lado, en todos los medios escritos (no amarillistas) del país, me han entrevistado o me han solicitado artículos, nunca me han pagado nada y en la mayoría de las veces, ni siquiera me han acreditado la autoría del texto. Sin embargo, desde un principio me lo hicieron saber y acepté las condiciones.

Cuando mucho o cuando nada. Así que por un lado y por otro, estaba en los extremos y ahora estaba en el medio. Pensé que us$150 por los dos artículos estaba bien y acepté las condiciones.

La mariposa sigue batiendo las alas: un día después de haber cerrado el trato, me indican que me iban a pagar con cheque y que tenía que irlo a traer a El Salvador. Nunca me había pasado eso antes, los españoles y los gringos, siempre me mandaron transferencias por Western Union, cubriendo ellos, los gastos del envío. Incluso anteriormente, Google me pagaba por medio de cheque que puntualmente me enviaban, ahora también hacen transferencias. Otro par de empresas de Estados Unidos, me pagan a través de PayPal y nunca he tenido ni un solo problema.

En ese momento debí de haber parado todo, sin embargo, estaba buscando excusas para ir a El Salvador a visitar a unos buenos amigos que tengo allá.

Entregué el primer artículo y me quedé escuchando los grillos. Varios días después pregunté si había alguna observación y la respuesta fue, gracias todo está bien. Los grillos siguen cantando. Con otras ocupaciones se me olvidó el asunto, varias semanas después, escribí preguntando que había pasado con el artículo, la respuesta fue que el pago estaría listo para ese viernes. Creía que solo en Guatemala sucede, que uno pregunta una cosa y responden otra, pero al parecer es un mal general.

Me quedó mal sabor de boca al pensar, que si no hubiera preguntado nada, no me hubieran pagado nunca. Cómo extrañé a los españoles que puntualmente el día y hora acordado, sin necesidad de pedirlo, tenía siempre la transferencia realizada. Algo que Google sin falta hace siempre.

Pero ir a El Salvador para cobrar us$75 era un desperdicio, tomando en cuenta que el viaje probablemente me saldría mas caro. A estas alturas el otro artículo del que se habló, se había quedado volando en el limbo, no lo quise mencionar tampoco. Una vez mas los sentimientos no me dejaron pensar con claridad y de nuevo me puse la excusa de la visita a mis amigos salvadoreños. Así que después de prorrogarlo por mas de un mes, finalmente marqué unas fechas y fui a El Salvador.

Por lo apresurado y relativamente imprevisto del viaje, no pude concretar nada con mis amigos de El Salvador, así que no los pude ver, la excusa para que valiera la pena el viaje, se iba por un tubo. A estas alturas, el viaje tendría un costo para mi de us$90, así que de entrada estaría perdiendo us$15. Si tan solo me hubiera reunido con mis amigos, no me habría importado.

Lo raro y extraño fue que el famoso cheque, finalmente fue de us$93.75 por razones de impuestos me dijeron, no se por qué ni entendí bien la explicación, pero sospecho que realmente el pago sería por mas y con las deducciones quedó en esa cantidad, no se.

Todo lo que podía salir mal, salió mal: en el hotel hice una llamada de tres minutos y pagué us$4 luego vi que por us$5 podía comprar un chip para el celular y tener us$10 de saldo, pero resultó que para poder adquirir el chip o debo ser salvadoreño o extranjero con carné de residente permanente. (Atención, que algo así quieren hacer en Guatemala, con lo del registro de celulares). Que exceso de subdesarrollo, en ningún país a los que he viajado había escuchado tal sandez. Así que virtualmente estaba incomunicado, por cierto no existen los teléfonos públicos. Finalmente llamé a través de mi celular, usando el servicio de roaming.

En Guatemala estoy acostumbrado a encontrar Wi-Fi en todos los centros comerciales y en cientos de cafeterías o restaurantes, en El Salvador, tuve que hacer malabares para encontrar una muy pésima señal, que ni siquiera era pública, sino que algún dormido olvidó configurar correctamente el router y por ahí me metí. Estos son esos pequeños detalles que a veces no valoramos en nuestro país. Para medio comunicarme tenía que usar el internet del hotel.

Finalmente, con el cheque en la mano, estando en el banco (en El Salvador), resultó que tenía que llevar el pasaporte para poder hacerlo efectivo. Esas son las incongruencias de la política regional. Puedo ingresar a ese país solo con el DPI, puedo entrar con mi carro, sin ni siquiera demostrar que es mío, pero para cobrar un cheque que ni siquiera son us$100, tengo que tener el pasaporte.

Resultó que el banco en el que tengo mi cuenta en Guatemala, tiene sucursal allá, ni siquiera vieron el cheque, me dijeron que solo aceptaban pagos de préstamos y si quería podía hacer una transferencia, con un valor de us$5, pero que no era seguro. Ni siquiera quise preguntar por qué no era seguro ni a que se refería.

De vuelta en Guatemala, voy al banco y lo deposito en mi cuenta, como tantas veces hice con los cheques de Google, pero a los quince minutos de haber salido del banco, me llaman para decirme que no se podía hacer la operación y que regresara. Sucede que el cheque debe entrar a compensación y el banco salvadoreño, cobra us$250 por hacer la compensación. Por supuesto me ofrecieron hacer la operación, previo pago de los us$250. Parece un chiste la forma en la que trabajan los salvadoreños y en la reducida visión que tienen para hacer negocios.

En Guatemala hay sucursales del banco al que pertenece el cheque, fui a una agencia, lo revisa la cajera y finalmente dice que los cheques regionales se pagan hasta las cuatro de la tarde, pasaban seis minutos de las cuatro. Justo cuando me iba a ir, me dice: espéreme voy a consultar. Esas palabras siempre son augurio de que algo malo va a pasar. Justamente así fue, después de la consulta, me dice que siempre no se puede, porque el cheque dice N.A. y en Guatemala el banco es S.A. pero que si quería que fuera a la oficina central en la capital y talvez ahí podían hacer algo.

Nuevamente, escribo a El Salvador para consultar las alternativas que me puedan ofrecer con respecto al pago. La respuesta simplemente fue «no se puede hacer nada, una vez emitido el cheque ya no se puede hacer otra cosa». Y como si fuera poco, agrega «tenías que haber traído el pasaporte», solo faltó agregar ese no es mi problema.

Por cierto, el pasaporte no lo llevé, porque ahí tengo la visa de Estados Unidos, si me hubieran robado el pasaporte estando en El Salvador, recuperar la visa, contrae otra serie de problemas, trámites y gastos que a la larga es mucho mas caro y complicado. De cualquier forma, se supone que no es necesario el pasaporte para viajar hacia allá, no tenía porque llevarlo.

Las enseñanzas:

A veces uno juzga a las personas, como uno es. Los guatemaltecos nos desvivimos por atender y solucionar cualquier problema que pudieran tener, los extranjeros que nos visitan y de esa forma creemos que nos van a tratar en otros lados. La realidad es totalmente otra. Es otro punto que a veces no valoramos en nuestro país.

A lo largo del texto, ya podrán haber notado varias cosas que son de sentido común y que normalmente no hubiera obviado, sin embargo aún no entiendo como pude equivocarme tantas veces en tan poco tiempo y en una sola situación.

Les recomiendo que las decisiones de negocios, no las tomen sentimentalmente, porque generalmente sale uno perdiendo, si para hacer el negocio, empiezan a forzar o a buscar excusas que lo justifiquen, es señal inequívoca de que va a salir mal.

Establezcan de forma clara y por escrito, las condiciones del negocio y sobre todo del pago. Si en algún momento resulta que la empresa en cuestión, está en otro país y que a pesar de ser una multinacional, todavía vive en el siglo pasado y les paga con cheque, verifiquen antes, las diversas opciones que tienen para cobrar.

Si por alguna razón u otra se encuentran en este predicamento, traten de aprovechar la situación como lección de vida sobre los negocios, compartan sus experiencias para que otras personas no caigan en los mismos errores. Será lo único valioso que se pueda rescatar.

Hoy, con us$120 menos en mi cuenta, con la sensación de haber sido estafado y con seis días perdidos, les comparto esta historia, para que no cometan los mismos errores que por dejarme llevar, cometí yo. Si, ya se que para haber previsto lo que sucedió, no se necesitaba mas que el sentido común, pero han de saber que el sentido común, es el menos común de los sentidos.

Se que es una tontería haber caído de esa forma e imagino lo que están pensando, lo se, porque también lo estaría pensando si fuera la historia de alguien mas, pero la lección final es, que si no estamos atentos, en cualquier momento nos pasa algo similar.

Participaron de esta historia: Como el que tiene mala gestión con los proveedores y tiene un artículo gratis a pesar de haber pagado: Pricesmart. Como el banco que cobra us$250 de compensación por un cheque de us$93.75: Citibank El Salvador. Como el banco que cobra us$5 por transferencia solo si es para pago de préstamo: Banco Industrial El Salvador. Como el banco que no realiza el depósito porque la compensación es mas del doble que el valor del cheque: Banco Industrial Guatemala. Como el banco que  si paga el cheque, pero que siempre mejor no: Citibank Guatemala. Y como el que a la fecha pagó en total us$145 para no recibir us$93.75: su servidor.

Gracias a todos mis amigos, que antes, durante y después, han estado pendientes y me han ofrecido su apoyo de muchas formas, como siempre, les agradezco mucho sus muestras incondicionales de amistad.

Gracias por sus comentarios y espero que hayan aprendido la lección de hoy.

Deja un comentario