¡Cuidado con tu mal genio!

Un pordiosero tocó a un portón y salió la señora de casa. El pobre pidió que le regalara botellas de cerveza vacías. La mujer le respondió malhumorada:

– ¡Estúpido! ¿Tengo yo cara de bebedora de cerveza? No me explico cómo se le ocurre pedirme a mí botellas de cerveza.

Y le recalcó:

– ¿Por qué no me pide otra cosa más apropiada a mi personalidad?

A lo cual replicó el mendigo:

– Vea, señora, ¿por qué no me regala, entonces, sus botellas de vinagre, vacías?

«Habla como quieras y no dirás sino lo que eres.» Ralph W. Emerson

Del libro «366 Maravillosas Motivaciones» , de Tiberio López Fernández

Deja un comentario