Reflexiones de Cuaresma día 38

Oración inicial

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?

Día 38

Desanimarse es una tontería. Escucha el consejo que da el barrendero a Momo: «Cuando barro, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga que crees que nunca podrás acabar. Y entonces te empiezas a dar prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta.

Y te esfuerzas más todavía, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante… Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente…. entonces es divertido… de repente uno se da cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle.»

Ser santo, amar mucho a Dios… cualquier meta se alcanza siempre. Consiste en dar un paso cada día; por eso, no te desanimes nunca: haz bien hoy las pequeñas cosas de¡ día.

¡Qué no me desanime, Señor, que es una tontería! Poco a poco, con pequeños pocos, conseguiré hacer realidad las cosas grandes que quiero – y Tú también quieres – en mi vida.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

Oración final

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado en la Cruz y escarnecido. Muéveme ver tu cuerpo tan herido muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera; pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.

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Texto del P. José Pedro Manglano Castellary tomado del Web Católico de Javier

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