¡Cuidado!… Con Jesús, ¡nunca se sabe!

«Sujetadlo y conducidlo con cautela» (Marcos 14, 44), dice Judas, «es un sujeto imprevisible, lo sé por experiencia, llevo años con él y no me aclaro». Los hombres de Judas se mueren de miedo: «Mucho ojo con las manos, que hacen milagros cuando menos lo esperas, atádselas fuerte, cuidado». Por eso, los hombres de Judas llevan palos y espadas, y se ocultan en las sombras de la noche, vaya a ser que su mirada les fulmine, o que saque de pronto sus armas secretas… con Jesús, ¡nunca se sabe!

No te acerques demasiado, puede fastidiar tu fin de semana, tu hora cómoda de levantarte, tu sofá mullido ante la televisión… átalo fuerte, ten cuidado, puede involucrarte en asuntos espinosos, o sacar a relucir tus trapicheos, con Jesús nunca se sabe; protégete, escóndete en la penumbra, no se te ocurra rezar, no des la cara, únete a la cuadrilla de Judas… Vamos, ¡agarra tu palo!

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