Cambiando la historia

Hoy en día, cuando podemos hacer llamadas internacionales por teléfono celular, enviar correos electrónicos por todo el mundo y descargar imágenes del espacio en nuestras computadoras, es difícil imaginar el impacto de un pequeño satélite del tamaño de una pelota de baloncesto. Pero el 4 de octubre de 1957, el lanzamiento por parte de la Unión Soviética del Sputnik I, el primer satélite artificial del mundo, marcó el comienzo de la Era Espacial moderna y cambió el curso de la historia. Las naciones se apresuraron para ponerse al día, el desarrollo tecnológico se aceleró, y el temor se alternó con la esperanza en cuanto al significado de todo ello para la humanidad.

Pero hay eventos que alteran el presente y el futuro que algunas veces quedan en la oscuridad. Eso se aplicó con toda certeza al nacimiento de Jesús -tan sólo un bebé, nacido de una pareja ordinaria en una ciudad pequeña. Pero cambió el curso de la historia. Las palabras del ángel, dichas a unos pastores, comenzaron a difundirse: «Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor» (Lucas 2:11). Diecinueve siglos después, Phillips Brooks escribió acerca de Belén: «Las esperanzas y temores de todos los tiempos se encuentran en ti esta noche».

Cuando Le abrimos nuestras vidas a Cristo el Señor y Le reconocemos como nuestro Salvador, el curso futuro de nuestra historia cambia ahora y por la eternidad. Estas «buenas nuevas de gran gozo» (Lucas 2:10) son para todos, en todo lugar.

La bisagra de la historia se encuentra en la puerta de un establo de Belén.

Tomado de «Nuestro Pan Diario», Ministerios Católicos

1 thought on “Cambiando la historia

  1. Saludos Pepe:

    No cabe la menor duda que las grandes confusiones de nosotros los humanos es porque solemos darle importancia a la evolución material de las cosas en gran medida. Por otro lado le damos importancia al desarrolo del pensamiento y todos los razonamientos nada más e idolatramos los avances científicos. Por último, descartamos lo más importante en cuanto aspectos de la fe y la verdad a la que estamos diariamente sometidos en nuestro paso por este mundo, y como bien lo explica tu publicación y nos deja claro su mensaje, yo solamente quiro aportar al mismo cuando Jesucristo dijo: «Cielo y tierra pasarán, más mis palabras no pasarán»

    Saludos!

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