Dos clases de oraciones

Dos hombres vienen mendigando a vuestra puerta. Uno de ellos es pobre, lisiado, está herido y casi muerto de hambre; el otro es una criatura sana, rebosante de salud y lozanía. Los dos usan las mismas palabras al pedir limosna. Sí, los dos dicen que están medio muertos de hambre; pero, indudablemente, el pobre y lisiado es el que habla con más sentido, experiencia y entendimiento de las miserias que menciona al pedir. Se descubre en él una expresión más viva cuando se lamenta de lo que le ocurre. Su dolor y su pobreza le hacen hablar en un espíritu de mayor lamentación que el otro, por lo cual será socorrido antes por cualquiera que tenga un ápice de afecto o compasión natural.

Así ocurre exactamente con Dios. Algunos oran por costumbre y etiqueta; otros en la amargura de sus espíritus. El uno ora por mera noción, puro conocimiento intelectual; al otro las palabras le salen dictadas por la angustia del alma. Sin duda que Dios mirará a éstos, a los de espíritu humilde y contrito, a los que tiemblan a Su Palabra (Isaías 66:2).

Juan Bunyan

2 thoughts on “Dos clases de oraciones

  1. Que bonito mensaje! Eso es cierto el poder de la oración es grande cuando se hace de verdad, con el espíritu y con un corazón dispuesto.

    Que pases felices fiestas!

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