Preso en su dormitorio

Durante el siglo XIV, en lo que hoy es Bélgica, vivió un hombre llamado Reynald III.

Reynald era un noble con el derecho a ser duque de sus tierras, pero su hermano menor se rebeló en su contra y le usurpó sus tierras.

El hermano de Reynald quería a su hermano fuera del camino pero no quería matarlo; de modo que elaboró un plan muy ingenioso.

Como Reynald era muy alto, su hermano lo puso en una habitación con una puerta mucho más pequeña que lo normal. Si Reynald bajaba algo de peso podría pasar por la puerta y se le dejaría salir. De hecho, su hermano usurpador le prometió que si lograba salir del cuarto le restituiría la libertad y su título.

Pero Reynald no era un hombre de disciplina y su hermano lo sabía. Todos los días ordenaba que llevaran comidas deliciosas al cuarto de Reynald. Y Reynald se las comía. Así, en lugar de adelgazar, se puso más y más gordo.

Una persona que carece de disciplina está en un calabozo sin barrotes. ¿Están sus hábitos haciendo de usted un prisionero?

Del libro «Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo», de John C. Maxwell

1 thought on “Preso en su dormitorio

  1. Vaya, excelente reflexión… me llamó mucho la atención el título. Talvez no sea mucho víctima de hábitos negativos (ya casi ni miro TV y eso ha hecho una dif increíble) pero sí a veces me acostumbro a que después de un día viene otro y lo doy por sentado… gran error.

    Me parece una excelente analogía cómo hay quienes se la pasan encerrados en su cuarto de verdad, hablando por cel y msn… y no ven a la gente. Un amigo muy cercano solía hablarme mucho de miles de gentes, y cuando le preguntás hace cuánto habló en persona con ellas… nada qué ver….

    Y encima, más gordo.

Deja un comentario